Los
juegos de mesa son valiosos instrumentos didácticos para desarrollar el cerebro
y la imaginación, aprender e integrar habilidades, competencias y valores que
nos ayudan a convertirnos en miembros activos de nuestra comunidad. Pero, ¿Qué
ocurre si pasamos de meros jugadores a
creadores de nuestro propio juego de mesa?
Esa es la tarea que ha tenido que enfrentar nuestro alumnado del grupo de 3º ESO Bilingüe. Tras dividir la clase en varios grupos de trabajo y repartir las carpetas con las recomendaciones y pasos que debían seguir, era momento de ponerse manos a la obra.
Primero deb
Tenían
libertad absoluta para decidir el formato del juego (cartas, tablero, fichas,
dados, reglas, etc.). El único requisito era que los jugadores tuvieran que
demostrar sus conocimientos sobre los diferentes contenidos de la lengua y la
cultura inglesa trabajados durante el curso.
Llegado el día, los distintos grupos presentaron su juego al resto de la clase, explicando siempre el mecanismo y las reglas de juego porque el último paso era…¡JUGAR!
Cada uno de los grupos
fue pasando por los diferentes juegos creados por sus compañeros, teniendo así
la oportunidad de valorar sus trabajos y poner en práctica de forma lúdica los
contenidos trabajados anteriormente durante el curso. Fue una experiencia
divertida y llena de aprendizaje.
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